Hola una vez más.
A mediados del mes de agosto un cliente me contrató para hacer dos salidas en busca de aves por la Comunidad de Madrid. Estábamos en plena ola de calor y me imaginaba que la cosa no se iba a dar muy bien debido a las altas temperaturas y el tipo de aves que deseaba observar.
Como mi experiencia me indica en cuestión de aves y naturaleza nada se puede prever. En dos mañanas pudimos observar un total de 90 especies. Algunas de ellas bastante difíciles de observar en la Comunidad de Madrid en agosto y sobretodo con unas máximas de 40ºc. Mi mayor preocupación era que el cliente, de origen nórdico, no se me fuese a desmayar en cualquier momento.
De todas las aves observadas la que más me sorprendió fue el joven de águila-azor perdicera que nos sobrevoló por los acantilados de la Laguna de las Juntas en el Parque del Sureste de la Comunidad. Y en segundo lugar y en ese mismo lugar el dormidero de milanos negros que se había formado ese día y que me atrevo a decir que habría más de 2.000 ejemplares reunidos esperando las térmicas para continuar con su migración hacia el Sur.
El primer día comenzamos por el Monte de El Pardo. A la mayoría de mis clientes les interesa ver las águilas imperiales ibéricas y con muchas esperanzas llegamos muy temprano a éste destino aún a sabiendas que estas aves no son muy madrugadoras. De todos modos en este maravilloso enclave siempre te encuentras con muchas otras aves que te entretienen hasta que las rapaces diurnas comienzan con sus movimientos diarios.
Algunos abejarucos europeos (Merops
apiaster, European
Bee-eater) en paso estaban alimentándose para coger fuerzas y continuar con su viaje.
La primer ave rapaz que vimos fue este busardo ratonero (Buteo buteo, Common
Buzzard).
Y este damero de águila imperial ibérica (Aquila
adalberti, Spanish
Imperial Eagle) nos sorprendió por la espalda pero no sin antes anunciarnos que venía. Una vez vista ésta espectacular ave ya me quedé más tranquilo pues no siempre que voy a El Pardo las puedo ver tan de cerca.
Al Poco rato pudimos observar a este otro ejemplar de águila imperial ibérica (Aquila adalberti, Spanish Imperial Eagle) aunque más joven que el anterior pero también muy cercano. Yo ya me había dado por satisfecho pero aun nos aguardaban mas ejemplares por disfrutar.
Cuando los buitres comenzaron a ciclear desde sus dormideros para irse a buscar carroña no me podía imaginar que íbamos a tener la tremenda suerte de que algo se había muerto enfrente de donde estábamos y podríamos disfrutar de unos picados como los que vimos. Primero llegaron los leonados y enseguida los buitres negros (Aegypius
monachus, Monk
Vulture) como el de la foto.
En poco rato el cielo se llenó de buitres que acudían velozmente al festín. Otro buitre negro (Aegypius monachus, Monk Vulture).
Y en medio de aquel follón y con los nervios alterados una pareja de águila imperial ibérica adulta (Aquila adalberti, Spanish Imperial Eagle) nos deleitó con un cicleo aunque no a la misma distancia que estaban los buitres.
El cliente bromeo con que aquello se parecía mucho a una escena del P.N. del Serengueti y no le faltaba razón. No pudimos ver que había atraído a tanta ave a comer pero nos preparamos para ver la salida una vez finalizado el cadáver.
El esperado despegar después de finalizar con la carroña no defraudó y pudimos observar a buitres leonados y negros a muy corta distancia. Se les podía escuchar hasta el ruido de sus aleteos cuando pasaban por encima de nuestras cabezas.
Buitre leonado (Gyps
fulvus, Griffon
Vulture).
Poco a poco los buitres abandonaban el lugar.
Y nosotros disfrutábamos del espectáculo.
Y para no cansaros más la última de un buitre negro (Aegypius monachus, Monk Vulture).
Cuando ya nos íbamos una pareja de abubillas europeas (Upupa
epops, Eurasian Hoopoe) hizo acto de presencia. Como el calor apretaba decidí ir hacia el Puerto de la Morcuera para ver que veíamos por aquellas alturas, 1.796 metros, y seguro que la temperatura seria algo más fresca.
Como el cliente deseaba ver cigüeñas negras (Ciconia
nigra, Black
Stork) y no las habíamos visto en el embalse de El Pardo decidí hacer un alto en el embalse de Santillana aunque, como le comenté, era un poco temprano para ver estas aves. Había bastantes abejorros azules de la madera que no por comunes dejan de ser bonitos.
De las cigüeñas ni rastro pero pudimos contemplar otras aves como este milano real (Milvus
milvus, Red Kite).
También contemplamos varios jóvenes de garza imperial (Ardea
purpurea, Purple
Heron).
Una panorámica del embalse que tenía bastante agua para la época del año en la que fuimos.
Algunos milanos negros (Milvus
migrans, Black
Kite) estaban de pesca.
Ya en el Puerto de la Morcuera nos sorprendieron dos abejeros europeos (Pernis
apivorus, European
Honey-buzzard).
Y también había varios grupos de pardillos comunes (Carduelis
cannabina, Linnet).
Como era de esperar vimos collalbas grises (Oenanthe
oenanthe, Northern
Wheatear).
Colirrojo real (Phoenicurus
phoenicurus, Common
Redstart).
Algunas totovías (Lullula
arborea, Wood Lark) merodeaban por la zona.
Y algunos alcaudones comunes (Lanius
senator, Woodchat
Shrike) estaban alimentando a sus crías de este año como la de la foto.
Y ya de regreso a Madrid pudimos contemplar a dos machos de roquero solitario (Monticola
solitarius, Blue Rock
Thrush).
El mismo de la foto anterior que se acercó un poco más a nosotros.
Al día siguiente decidí llevarle a ver las carcavas yesíferas del río Manzanares en el Parque Regional del Sureste. Tenia muchas ganas de ver collalbas negras (Oenanthe
leucura, Black
Wheatear) y disfrutamos de unas cuantas. En la foto un macho.
También vimos varios busardos ratoneros (Buteo buteo, Common Buzzard).
Lo que no esperaba encontrarme es con un impresionante dormidero de milanos negros (Milvus migrans, Black Kite) en migración. Debía de haber mas de 2.000 ejemplares que estaban esperándo a las térmicas para continuar con su viaje hacia el Sur.
Estaban por todos lados.
En los árboles de la rivera no cabía casi ninguno más.
Esta culebrera europea (Circaetus
gallicus, Short-toed
Eagle) llamó nuestra atención a pesar de que era difícil distinguir otras rapaces debido a la abundancia de milanos negros.
En cuanto el temperatura empezó a subir los milanos negros (Milvus migrans, Black Kite) comenzaron a ciclear para desaparecer en dirección sur.
Esto si que no me lo esperaba yo. Un joven de águila-azor perdicera (Aquila
fasciata, Bonelli's
Eagle).
Tan nervioso me puse que no se como atiné a sacarle fotos.
Y la última de esta escasísima ave en la Comunidad de Madrid. Todo un golpe de suerte.
Es una pena que en las fotos no se pueda captar la cantidad de milanos negros (Milvus migrans, Black Kite) que había y comenzaban a abandonar el lugar.
Otro bonito ejemplar que nos observaba a nuestro paso.
También nos distrajeron mucho los bandos de cigüeñas blancas (Ciconia
ciconia, White
Stork) que sobrevolaban la zona.
Ya de regreso al coche esta hembra de abejero europeo (Pernis apivorus, European Honey-buzzard) se dejo ver mientras cogía una térmica.
También vimos algunas águilas calzadas (Aquila
pennata, Booted
Eagle). La de la foto es fase clara.
Las garzas reales (Ardea
cinerea, Grey
Heron) deambulaban por las márgenes del río.
Como el cliente quería ver avutardas comunes y sisones comunes puse rumbo norte y nos fuimos a probar suerte. Ya le había dicho que las avutardas se verían sin problemas pero que los sisones era otra historia.
La suerte nos acompañó y pudimos disfrutar de un bando de unos 15 sisones comunes (Tetrax
tetrax, Little
Bustard) aunque muy difíciles de contar pues se perdían entre los rastrojos.
Las avutardas comunes (Otis
tarda, Great
Bustard) tampoco nos defraudaron.
Y como fin de este relato, una preciosa culebrera europea (Circaetus
gallicus, Short-toed
Eagle) nos observaba a nuestro paso de regreso al coche y a Madrid pues la temperatura rondaba ya los 40 ºC.
Hasta pronto
Espléndido reportaje de avifauna madrileña. Felicidades.
ResponderEliminarMuchas gracias. Me alegro que te gustase.
ResponderEliminarCliente satisfecho, seguro!!
ResponderEliminarPues a los dos nos sorprendió todo lo que vimos y lo bien que nos fue.
EliminarEl cliente no se lo podía creer.