Hola a tod@s.
Hoy os quiero enseñar lo que he observado durante los meses de febrero y maro en Los Montes de El Pardo. No me canso de ir por ese lugar pues siempre sale uno satisfecho. Parece mentira que tan solo a unos pocos kilómetros de Madrid exista tal diversidad de aves y algunas en peligro de extinción. Igual tiene que ver que la superficie visitable de El Pardo sea tan solo del 19 por ciento de su extensión total.
Algunos días la salida de los buitres de sus dormideros es tan espectacular que si uno no lo ve no se lo puede creer. También es raro no ver a las emblemáticas águilas imperiales ibéricas, los buitres negros, los rabilargos, y un largo etcétera y que me llevaría demasiado tiempo enumerar todas las especies. Debo resaltar que he tenido muchas suerte y he podido contemplar en tres ocasiones las águilas azor-perdiceras que este año se han dejado ver con bastante frecuencia en El Pardo. Todo un lujo.
Como de costumbre he visto muchas más aves de las que aparecen ilustradas pero muchas veces los animalillos se niegan a posar para la cámara aunque los disfruté igualmente. Algunas veces se piensa que es fácil la fotografía de aves pero hay que ponerse a ello para ver que no es tan sencillo como parece.
En bastantes ocasiones he podido observar a los reyezuelos listados (Regulus
ignicapilla, Firecrest) aunque para poder fotografiarlos he tenido que emplearme a conciencia pues no creo que paren casi ni para dormir.
Uno de tantos días que hacia mal tiempo en este invierno me encontré con esta pareja de águilas imperiales ibéricas adultas (Aquila
adalberti, Spanish
Imperial Eagle). Una pena los cables de alta tensión y que la percha elegida no hubiese sido otra.
En este posadero estuvieron bastante tiempo muy tranquilas hasta que escuché el reclamo de otra y acto seguido la pareja decidió que había que expulsar al intruso de su territorio y a tal fin ambas alzaron el vuelo.
El tercero en discordia era este ejemplar damero oscuro que no dudó en salir por patas, perdón quiero decir por alas, en cuanto vio que la pareja iba en su persecución.
Este año he observado una mayor presencia de zorzales que en otros años y me supongo que será porque en la sierra Madrileña ha estado nevando en muchas ocasiones. En la foto un zorzal charlo (Turdus
viscivorus, Mistle
Thrush).
Otra de las aves emblemáticas y que siempre están presentes en El Pardo, el buitre negro (Aegypius
monachus, Monk
Vulture). En la imagen una bonita pareja.
También, aunque este año en menor cuantía, los fringílidos están muy bien representados. En la imagen un macho de verdecillo (Serinus
serinus, European
Serin).
Antes de mediados de marzo no es raro ver a las águilas imperiales ibéricas adultas (Aquila adalberti, Spanish Imperial Eagle). A partir de esta fecha es más difícil pues ya están incubando y se mueven con menor frecuencia.
Los gorriones molineros (Passer montanus, Tree Sparrow) abundan por el Parque.
Esta fue la primera vez que disfruté del águila azor-perdicera (Hieraaetus
fasciatus, Bonelli's
Eagle). De las cinco veces que he ido he podido verlas en tres ocasiones aunque siempre a mucha distancia. Hacia tiempo que no se las veía tanto por los alrededores de El Pardo visitable.
Otro ejemplar de águila imperial ibéricas adulta (Aquila adalberti, Spanish Imperial Eagle). Que maravilla de ave y según los últimos censos se están recuperando y extendiendo por el territorio nacional nuevamente. Esperemos que continué esta maravillosa noticia año tras año.
No se si por la abundancia de nieve este año en la Sierra Madrileña pero he podido ver en bastantes ocasiones a los zorzales alirrojos (Turdus
iliacus, Redwing) aunque siempre fugazmente como es su costumbre pues se mantienen a una distancia prudencial. Además unido a que tienen un tamaño muy similar al más abundante zorzal común (Turdus
philomelos, Song
Thrush) en vuelo son difíciles de distinguir y pueden pasar desapercibidos si no te fijas.
Otra de las aves que están presentes en El Pardo y que en Europa solo podemos encontrar en la Península ibérica es el rabilargo (Cyanopica
cyana, Azure-winged
Magpie). Sus parientes más cercanos están en Asia.
A los petirrojos (Erithacus rubecula, Robin) se les puede ver y oír por todo el Parque.
Este fue el día que más buitres salieron de los dormideros en busca de comida. Se formaron dos bandos de cicleo del tamaño del aquí representado. Todo un espectáculo.
También se suelen ver los busardos ratoneros (Buteo buteo, Common Buzzard).
Otro zorzal alirrojo (Turdus iliacus, Redwing).
Este año ha sido muy bueno en avistamiento de lúganos (Carduelis
spinus, Siskin). E la imagen un bonito macho alcanzando las piñas de los alisos que esconden su comida favorita.
También podemos encontrar algunos colirrojos tizones (Phoenicurus
ochruros, Black
Redstart). En la imagen un macho.
Los picos picapinos (Dendrocopos
major, Great
Spotted Woodpecker) se ven y oyen asiduamente. En menor medida los pitos reales (Picus
viridis, Green
Woodpecker) y muy rara vez los picos menores (Dendrocopos
minor, Lesser
Spotted Woodpecker).
Los confiados grupos de mitos (Aegithalus caudatus, Long-tailed Tit) abundan durante todo el año.
Los herrerillos capuchinos (Parus cristatus, Crested Tit) también se hayan presentes.
Ya se acerca la primavera y buena prueba de ello es que la mayoría de las aves cantan sin cesar. Este macho de verdecillo (Serinus serinus, European Serin) intenta, afanosamente, atraer a una compañera con la que perpetuar su especie.
No es raro ver a los milanos reales (Milvus
milvus, Red Kite) aunque en mayor cuantía durante los meses de invierno al ser la Península Ibérica un lugar de invernada para las aves de centro Europa.
En estos dos meses he disfrutado de bastantes avistamientos de águilas imperiales ibéricas ((Aquila adalberti, Spanish Imperial Eagle) como podéis observar a lo largo de este blog.
Otro majestuoso buitre negro (Aegypius monachus, Monk Vulture) que es además la rapaz de mayor envergadura de nuestras tierras. Casi tres metros de punta a punta.
Aquí de las más pequeñas el chochín común (Troglodytes
troglodytes, Wren) de tan solo 9-10 centímetros aunque la potencia de su canto no está relacionado con su tamaño.
Otro magnífico trinador, el mirlo común (Turdus merula, Blackbird).
Un precioso herrerillo común (Parus
caeruleus, Blue Tit) un incansable buscador de insectos entre las ramas de los árboles.
La segunda vez que veía este año a las águilas azor-perdiceras (Hieraaetus fasciatus, Bonelli's Eagle).
En mi caso, siempre cicleando a bastante altura.
También escasa y otra de las joyas de El Pardo son las cigüeñas negras (Ciconia
nigra, Black
Stork) que ya han llegado este año.
Este rabilargo (Cyanopica cyana, Azure-winged Magpie) se negó a mirarme durante todo el rato que le estuve contemplando.
Impresionante la cantidad de mosquiteros comunes (Phylloscopus
collybita, Common
Chiffchaff) que había el 20 de marzo.
Y ya por estas fechas habían llegado las golondrinas dáuricas (Hirundo
daurica, Red-rumped
Swallow). Antes ya habían llegado las comunes y los aviones comunes.
Esta abubilla común (Upupa epops, Hoopoe) me deleito con su presencia.
Al igual que este carbonero garrapinos (Parus ater, Coal Tit).
Otro de los escabullidizos reyezuelos listados (Regulus ignicapilla, Firecrest).
Un trío de garzas reales (Ardea cinerea, Grey Heron).
Los machos de pardillo común (Carduelis
cannabina, Linnet) ya tienen sus mejores libreas de cara a la reproducción.
Las currucas capirotadas ( Sylvia
atricapilla, Blackcap) andaban entre las hiedras buscando alimento aunque para fotografiarlas tenia que esperar a que salieran de sus escondites. En la imagen un macho.
Y en esta otra una hembra. Esta especie suele emigrar de noche.
Bastante abundantes son los pinzones vulgares (Fringilla coelebs, Common Chaffinch). Es este caso un macho desgañitándose.
También se pueden ver algunas veces los gavilanes comunes (Accipiter nisus, Eurasian Sparrowhawk) que en este caso se trata de una hembra.
Ya os dije que los mosquiteros comunes (Phylloscopus collybita, Common Chiffchaff)) eran muy abundantes.
Es fácil observar las garcetas comunes (Egretta garzetta, Little Egret) deambular por el río Manzanares.
A este macho de martín pescador (Alcedo
atthis, Common
Kingfisher ) acabe llamándolo Lolo al final de la mañana pues le pude observar durante bastante rato y muy cerquita. Fijaos como cambia el color de su plumaje iridiscente dependiendo de la incidencia en el angulo de la luz.
Este ruiseñor bastardo (Cettia
cetti, Cetti's
Warbler) andaba enzarzado en una disputa por cuestiones de territorio con un congénere suyo.
Aun quedan algunos cormoranes (Phalacrocorax
carbo, Great
Cormorant) grandes por el río. El de la foto acababa de capturar un pez bastante grande que le costó engullir y aún se le puede apreciar el hinchazón de la garganta donde tenia almacenado parte del susodicho. De milagro no le asomaba la cola.
Y Lolo que le miraba con envidia después de tan admirable captura.
Y para no fatigaros más la última de Lolo que no cesaba en su intento de capturar algún pez delante de mis narices aunque no fue una de esas mañanas con suerte para él pero si para mí.
Otra de las recién llegadas golondrina dáurica (Hirundo daurica, Red-rumped Swallow).
Una bonita pareja de buitres leonados (Gyps fulvus, Griffon Vulture) muy bien sincronizados.
Este trepador azul (Sitta
europaea, European
Nuthatch) tenia guardada una reserva de comida que me sorprendió o bien otro la había guardado.
De una de las ranuras de la corteza de este álamo sacó este trozo de galleta y no dudo en irse volando con semejante festín a otro sitio más tranquilo donde poder zampársela.
Los picos picapinos (Dendrocopos major, Great Spotted Woodpecker) no cesaban de tamborilear en los troncos secos para poder hacer más audible sus reclamos.
Aunque menos numerosos, la salida de los dormideros de los buitres este día fue menor que en otras ocasiones aunque no desmerece en absoluto.
Ya se han instalados los milanos negros (Milvus
migrans, Black
Kite) aunque algunos de ellos continúan yendo a sus cuarteles de reproducción más al norte. Pude observar varios grupos de estos y los relaes en migración hacia el noreste.
Este año, y desde el mes de noviembre se han dejado ver un par de individuos de garceta grande (Egretta
alba, Great
White Egret). Toda una rareza para este enclave.
Este petirrojo (Erithacus rubecula, Robin)) no le importó que estuviese cerca para continuar con su bonito canto y yo continué con mi entretenido paseo.
En estas épocas es más fácil localizar los agateadores comunes (Certhia
brachydactyla, Short-toed
Treecreeper) pues ya están muy revueltos con su celo y no paran de reclamarse.
Otro espectacular buitre negro (Aegypius monachus, Monk Vulture).
También los herrerillos comunes (Parus caeruleus, Blue Tit) sienten la primavera.
Aun continúan yendo al embalse grupos de gaviotas reidoras (Larus
ridibundus, Black-headed
Gull) ya la mayoría con plumaje nupcial.
Las pobres cotorras argentinas (Myiopsitta
monachus, Monk
Parakeet) que cuentan con cantidad de detractores por el ruido que meten y ser una invasora. A mi me gustan mucho a pesar de todo.
Y otra vez una de la pareja de las águilas azor-perdicera (Hieraaetus fasciatus, Bonelli's Eagle).
Aunque ya se han ido muchas aun quedan bastantes gaviotas sombrías (Larus
fuscus, Lesser
Black-backed Gull). En un momento determinado y me imagino que por el ataque de un depredador, se levantaron una gran cantidad de ellas por detrás de la presa. No me imaginaba que aun quedasen tantas.
Y muy cerca de mí salio este macho de gavilán común (Accipiter nisus, Eurasian Sparrowhawk) que no pude fotografiar hasta que empezó a ciclear por encima de donde yo estaba. También se suelen ver los azores comunes (Accipiter
gentilis, Northern
Goshawk) aunque no he tenido suerte con la cámara.
Nunca faltan las palomas torcaces (Columba
palumbus, Common
Wood Pigeon) en El Pardo y muchas veces durante el final del otoño y principios del invierno en cantidades impresionantes.
Un bonito mito (Aegithalus caudatus, Long-tailed Tit).
Este buitre leonado (Gyps fulvus, Griffon Vulture) pasó muy cerca de donde yo estaba.
Y antes de abandonar este maravilloso lugar oí tres mochuelos europeos (Athene
noctua, Little
Owl) aunque este fue el único que pude descubrir y fotografiar. Los otros dos andaban por los árboles cercanos pero ya había tenido bastante.
Espero no haberos aburrido demasiado con esta largo relato pero Los Montes de El Pardo creo que se lo merecen sobradamente.
Hasta pronto.
Enhorabuena Luis, bien completa la entrada , la verdad es que el Pardo es un lugar fantástico y en gran parte será porque los animalillos están tranquilos por eso del 19% visitable, un saludo
ResponderEliminarMuchas gracias Mariano.
ResponderEliminarUn saludo