Hola atod@s otra vez.
Desde que empezó la primavera y comenzaron a llegar las aves estivales a España, sentía una inquietud por ver un ave que me llama mucho la atención y que por su escasez y declive en nuestro territorio, cada día es más difícil de observar. Estuve conteniéndome hasta que consideré que su época de reproducción ya está casi concluida y que con ello ya no les molestaría.
Se trata, ni más ni menos, de la carraca europea, elegida como ave del año por SEO/BirdLife.
A tal fin, cogí mi furgoneta y puse rumbo al valle del Tietar a probar suerte. Ella me acompañó pero entristecida pues la primera carraca que alcancé a observar, murió atropellada por un coche cuando perseguía un insecto. Por motivos obvios no he sacado en este blog la fotografía del cadáver pues prefiero olvidar el desastre y no herir la sensibilidad de nadie. Me detuve para ver si llevaba algún medio de identificación pero no tenia ni transmisor ni anillas.
Como en todo viaje, por el camino y los alrededores del destino elegido, se me cruzaron otras aves que he decidido incluir en el reportaje.
La primera que divisé cuando iba hacia el Valle del Tietar fue esta culebrera europea.
Ya en mi destino vi esta garcilla bueyera y algunas otras sobre todo por los barbechos en busca de presas.
Un milano real, aunque no tan abundantes en la zona si se compara con la cantidad de milanos negros que observé.
También había algunos alcaudones reales, aunque al igual que en el caso anterior, los alcaudones comunes eran más numerosos.
La cada vez más esca tórtola europea.
Algunas golondrinas dáuricas pude observar y encima posadas.
Un alcaudón común adulto.
Un joven de alcaudón común.
Rabilargos.
La tan deseada carraca europea. Es una pena que estuviese a contraluz y no se aprecie la maravilla del colorido de su plumaje.
Otra carraca pero esta vez en vuelo y también a contraluz.
Ya satisfecho mi objetivo, y como no estaba muy lejos del embalse de Navalcán me acerque a ver que veía por él. En este caso se trata de un milano negro con un pez en sus garras que capturó en el embalse. A pesar de que ya era tarde y el calor apretaba, muchos milanos negros se daban cita para atiborrarse a peces.
En las márgenes del embalse se veían chorlitejos chicos y andarrios chicos como los de la foto.
Menos abundantes eran los andarrios grandes pero también estaban presentes.
Una garceta común y de fondo algunas gaviotas reidoras.
Algunas cigüeñas blancas andaban por los alrededores.
Otro ejemplar de andarrios chico.
Algunos cormoranes grandes estaban pescando en el embalse o posados en los tocones de los árboles que sobresalían del agua. El de la foto había tenido éxito en la pesca.
Algunas garzas reales andaban también buscando peces para mitigar su hambre.
Busardo ratonero.
Ya de regreso encontré esta pareja de culebrera europea. Impresiona la mirada que tienen.
Los dos ejemplares de la foto anterior cuando decidieron ponerse a buscar presas o desplazarse a otro lugar a protegerse del intenso calor.
Esto ha sido todo pues tenia prisa por regresar y el termómetro del coche alcanzaba los 40º centígrados y había poco movimiento de aves. Como es lógico debían estar en la sombra resguardadas del calor y yo decidí hacer lo propio.
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