Hola una vez más.
En esta ocasión os quiero mostrar algunas de las aves que pude observar en una visita al Parque Natural Hoces del Río Riaza. Con una extensión de 6.470 ha, está enclavado al Noreste de la Provinvia de Segovia y linda al Norte con la Provincia de Burgos y al Este con la de Soria.
La visita fue al Refugio de Rapaces de Montejo de la Vega, incluido dentro de este Parque Natural y que esta gestionado por WWF desde su construcción en noviembre de 1974 a propuesta, por entonces de su Vicepresidente, el Doctor Felix Rodriguez de la Fuente.
Desde este humilde blog, quiero hacer un recuerdo a la figura de Felix Rodriguez de la Fuente, que tanto influyo en mi vida como observador de las aves en particular y de la naturaleza en general. También quiero agradecer la extraordinaria labor del Doctor Fidel Jose Fernández y Fernández Arroyo por su labor en la gestión, coordinación, divulgación e investigación del Refugio. Y por último a todas las personas que han participado, participan y participarán en el mantenimiento de este enclave único dentro de la geografía Española.
Un buitre leonado antes de mi llegada a Montejo de la Vega. Es impresionante poder observar la gran cantidad de buitres leonados que alberga este lugar.
En la bajada al pueblo de Montejo de la Vega, me encontré con esta abubilla común que andaba buscando alimento entre los roquedos cercanos a esta localidad.
Ya con el pie en tierra y comenzando la ida al Refugio desde el Centro de Interpretación, me sorprendió este mirlo común que no era nada asustadizo y disfruté a placer de su presencia.
Los verdecillos comunes estaban en pleno apogeo con sus maravillosos trinos.
Los estorninos negros estaban muy atareados llevando comida a sus crías.
Varias collalbas negras se cruzaron en nuestro camino. En este caso se trata de un macho.
También pudimos observar muchos gorriones chillones en los roquedos y acantilados.
Una hembra de colirojo tizón.
Me sorprendió comprobar que algunos jilgueros comunes aun estaban en plena construcción de sus nidos.
Un ejemplar de águila calzada fase clara.
Una bisbita campestre estaba tranquilamente buscando alimento.
Esta cogujada común nos indicaba que estamos en un acotado de caza.
Los trigueros comunes no cesaban de cantar.
Busardo ratonero.
El primer alimoche común que pudimos observar.
Un grupo de buitres leonados nos observaban a nuestro paso desde su atalaya.
Un macho de escribano soteño.
Macho de roquero rojo.
El mismo ejemplar que nos permitió un poco más de acercamiento.
Bastantes alcaudones comunes nos deleitaron con su presencia.
Una oropéndola europea trasladándose de una mancha de chopos a otra.
Collalaba rubia. En este caso se trata de un macho.
Curruca mirlona occidental.
Hembra de collalba rubia en una bonita percha.
Esta cogujada común estaba entre estas bonitas flores y de ahí su inclusión.
Un buitre leonado sobrevolando Peña Portillo.
Este alimoche común también estaba en Peña Portillo y tenia su nido en una oquedad del acantilado.
Un juvenil de alimoche común. La diferencia con los adultos es más que notoria.
Muchos grupos de chovas piquirojass sobrevolaban los cantiles.
Un juvenil de tarabilla común al que continuaban cebándolo sus padres.
El padre del pajarillo anterior.
Una cría de buitre leonado con uno de sus progenitores.
En total veríamos como unos 10 alimoches comunes aunque imposible decir si algunos individuos eran repetidos o no.
Este buitre se posó cerca de mi y por eso está aquí.
Una pareja de grajillas que también estaban presentes en los acantilados.
Un milano real.
Aunque no es buena la foto, este abejaruco lo capte junto antes de coger su presa.
Algunas parejas de cuervos comunes habitaban en la región.
Aunque vimos pocos, los rabilargos estaban presentes.
Herrerillo común.
Una hembra de pinzón vulgar.
Aunque difíciles de observar con las hojas de los árboles, los agateadores comunes trepaban por los troncos en busca de alimento. Oímos bastantes más de los que vimos.
Papamoscas gris.
Hembra de roquero solitario que salia de dar de comer a su prole de un agujero en el acantilado.
No muy lejos del escondite del roquero solitario, esta chova piquirroja traía alimento a su pareja que también estaba cuidando de sus polluelos.
Otro macho de collalba rubia.
Milano negro oteando en busca de presas.
Macho de roquero solitario a cierta distancia.
Otro alcaudón común.
Macho de colirrojo tizón.
Los jilgueros comunes eran bastante abundantes.
Los pinzones vulgares eran, del grupo de los fringílidos, los más abundantes.
Y para terminar, este carricero común no cesaba de cantar con su característico trino.
En resumen, un día muy interesante tanto por lo que al avistamiento de aves se refiere como a los paisajes disfrutados. Una combinación que hacen de este Parque Natural un lugar altamente recomendable.
Hasta pronto.
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