Hola una vez más.
Se que me he quejado en repetidas ocasiones del frío que he pasado en algunas de mis andaduras por España en este invierno, que aunque en sus comienzos fue más caluroso de lo habitual, pero en el ultimo mes nos ha acompañado un frío intenso.
En esta ocasión nos trasladamos a la zona del Suroeste de Madrid en busca de las grandes rapaces y los buitres negros. El paseo se centro en el embalse de Picadas y más tarde en los términos de Navas del Rey. Robledo de Chavela y Valdemaqueda.
Esta foto fue tomada a las 16:30 de la tarde cuando ya me había quitado varias capas de las muchas que suelo llevar pues a mi lo del frío no me va. Aunque era ya media tarde y la temperatura había subido considerablemente, en las umbrías de río Cofio, aun quedaban restos de la rigurosa noche pasada.
Durante la mayor parte del tiempo observamos gran cantidad de buitres leonados. En este caso esta buitre leonado se dispone a tomar tierra ne unos riscos cercanos a nosotros en espera a que las térmicas comiencen y poder ir en busca de alimento.
Este otro ejemplar estaba posado en un enebro cercano a nuestro recorrido en igual situación que el anterior. Su envergadura varía entre 240-280 cm.
Ya con el sol calentando, los buitres leonados comenzaron el trasiego diario en busca de carroña que llevarse al buche.
Un cuervo nos paso muy cerca emitiendo su típico sonido, bajo mi punto de vista un tanto desagradable. Es el mayor de los córvidos y puede llegar a tener una envergadura de hasta 130 cm.
Al poco rato vimos, con gran ilusión, a esta impresionante águila imperial ibérica, uno de nuestros objetivos prioritarios. Su envergadura oscila entre los 180-210 cm. siendo endémica de nuestra península y que está en grave peligro de extinción. Solo existen un poco más de 200 parejas reproductoras.
Otra retrativa más del mismo ave para el deleite de todos.
Aunque no muchos, algunos martines pescadores nos sorprendieron a nuestro paso y en este caso yo le sorprendí a él.
De entre los fringílidos, el pinzón vulgar fue el más visto. En este caso se trata de un macho.
Macho de tarabilla común.
La segunda águila imperial ibérica que se deja ver en este viaje.
En una oquedad de esta pared rocosa, un buitre leonado se dedica a incubar su único huevo que tardará en eclosionar entre 52 á 60 días. Ambos padres se turnan en este proceso y es de los periodos de incubación más largos del reino alado.
En el embalse de Picadas observamos varias parejas de ánade real. Este es un macho.
Este es un ejemplar de buitre negro que puede llegar a medir de envergadura hasta los 295 cm. Es más grande y escaso que el buitre leonado y a diferencia de su congénere cría en árboles en lugar de roquedales.
Un petirrojo consigue capturar una presa que se desayuna en un abrir y cerrar de ojos.
En este caso vemos un buitre negro y un águila imperial ibérica, las dos joyas mas preciadas de este viaje compartiendo cielo.
Impresionante ejemplar de buitre negro que deja adivinar sus casi tres metros de punta a punta, lo que la convierte en el ave de mayor envergadura de España.
Como no era de extrañar, los mitos nos acompañaron durante todo el día.
Otra de las rarezas de España que no del resto de Europa, los rabilargos de los que ya he mencionado que solo se pueden encontrar en la Península y en la parte oriental de Asia.
Con gran nerviosismo pude vislumbrar este precioso ejemplar macho de águila real. A pesar de la distancia, se que es un macho reproductor por las siguientes imágenes que os voy a enseñar. Aun no daba crédito a que en un mismo día pudiésemos haber visto a las dos águilas mas grandes del territorio nacional.
Para que esto no se alargue mucho, aquí llega la pareja del águila real. Como podéis imaginar, la maquina no paraba de recoger instantáneas pues a mí se me había quedado el dedo pegado y la boca abierta. El reclamo de la pareja aun resuena en mis oídos.
El nerviosismo en aumento y la tensión arterial llegando a 16 de máxima. Aun no alcanzo a entender como salieron estas fotos enfocadas y no movidas.
En cuanto llegó y sin mas preámbulo, la hembra se agacho y el macho la fecundó.
Tras tan inesperado encuentro, la pareja se relaja y yo me tengo que sentar pues noto que las piernas me flaquean y mi cuerpo está entumecido de la tensión vivida. Aun no me puedo creer la suerte que tuvimos de poder presenciar tan transcendental suceso en plena naturaleza y sin haber molestados a estas majestuosas aves en tal especial ocasión.
Otro córvido, el arrendajo común.
Otro rabilargo. Muchos fueron los vistos a lo largo de todo el día.
Ya en el río Cofio, un chochín nos sorprende buscando alimento. Este avecilla es una de las mas pequeñas de España midiendo tan solo de 9-10cm.
Otro ave que me llama mucho la atención es este trepador azul, incansable buscador de insectos por los troncos de los árboles.
Otra rareza por su forma de alimentarse. El mirlo acuático que bucea en busca de insectos en el lecho de los ríos. Recuerdo el primer ejemplar que vi de esta especie. Fue en Picos de Europa en un paseo con mi abuelo cuando era yo un niño a la altura de las portillas de Igüedri.
Ya al final del día los buitres leonados buscan refugio para pasar la noche en un pino seco.
Como no había tantos pinos secos seguros, algunos otros buscan su percha en ejemplares vivos.
Espero que este relato os guste y no os aburra en exceso.
Saludos y hasta la próxima entrada.
Felicidades , que momentazo , increible !!!!!!!!
ResponderEliminarGracias Mikel. La verdad es que fue un golpe de suerte.
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